La vainilla y la vainillina son dos aromas muy utilizados en la cocina para dar aroma y sabor a postres como cremas, galletas y tartas, y se encuentran firmemente entre los más vendidos del catálogo de Ar.pa junto a las famosas levaduras y preparados para comidas dulces y saladas. .
Pero ¿cuál es la diferencia entre los dos? La principal diferencia es su origen. En efecto, la vainilla es un aroma natural cuyas vainas se extraen de una flor de la familia de las orquídeas, mientras que la vainillina reproduce las características aromáticas de la baya natural, aunque recreando la molécula mediante un procedimiento de laboratorio. Luego hay otra diferencia sustancial, esta vez de carácter económico, que muchas veces influye en la elección entre ambos. De hecho, la vainilla requiere un elaborado proceso de fabricación con polinización manual de las flores y con esperas que pueden durar varios meses, con el consiguiente aumento de costes respecto al competidor químico.
Sin embargo, un rasgo común es que ambos aromas tienen orígenes antiguos. La vainilla, ya conocida por los aztecas, se obtenía de una orquídea típica de los bosques tropicales situados a lo largo de la costa oriental de México, hoy también cultivada con gran éxito en Madagascar que, gracias al clima particular y a sus conocimientos consolidados, se ha convertido en el principal productor. mundo. Otros países que cultivan esta planta son Tahití, Indonesia y China. Una pequeña curiosidad sobre esta flor es que existen muchas especies diferentes de orquídeas vainilla en el mundo pero sólo tres pueden usarse comercialmente: la pompona, la tahitensis y la planifolia. Este último es el más extendido mientras que el más raro es el tahitensis. Ciertamente no han pasado milenios, pero ha pasado más de un siglo desde el descubrimiento y la primera síntesis química de la vainillina, que data de 1858, para responder a la gran demanda de aroma de vainilla en la industria alimentaria.
Pero ¿cuál es mejor utilizar en postres caseros? Al ser la vainilla un aroma natural, su aroma y sabor son más intensos y se obtiene aprovechando las semillas contenidas en las vainas, las cuales se deben triturar en un mortero en la cantidad deseada. La vainillina, al estar en polvo, es mucho más fácil de dosificar y mezclar de forma invisible en las preparaciones, por lo que es ideal para flanes, cremas de caramelo o mousses caseras.
Además de las vainas naturales y la vainillina, el aroma también existe en el mercado en versión "extracto de vainilla", útil para aromatizar dulces, postres y bebidas. Disponible tanto en forma líquida como en pasta, se obtiene macerando las vainas de vainilla en alcohol o en un licor de alta graduación, por ejemplo, vodka.
En definitiva, la orquídea no sólo es muy bonita estéticamente sino que también esconde un aroma que ofrece una valiosa ayuda en la cocina y permite dar a las preparaciones ese toque mágico de sabor extra, ¡en casa o en la pastelería!